La violencia en las relaciones de pareja
La violencia es una forma de relación social no natural. Es intencional, porque tiene por
objeto causar daño. Es también una forma de abuso de poder, que se ejerce contra las
personas más vulnerables o con menos posibilidades de defenderse.
Este apartado, se centra específicamente en la violencia de género hacia las mujeres en el
contexto de las relaciones de pareja, para conocer los principales comportamientos que
afectan sus vidas y que, en ocasiones, terminan con su muerte. La violencia de género
contra las mujeres tiene como transfondo la discriminación estructural, que refuerza
estereotipos de género que asignan a la mujer roles de inferioridad y de exclusividad del
espacio doméstico y también de las tareas de cuidado. De forma desproporcionada, la
violencia de género ocurre en el espacio privado, aunque no es exclusiva de este ámbito.
Para este manual, se revisan las principales formas de violencia de género con base en la
legislación paraguaya. Además, se aborda el ciclo de la violencia, para comprender cómo se
manifiesta en una relación de pareja y cómo produce la pérdida de confianza y autoestima,
imposibilitando el crecimiento personal.
Es fundamental reconocer que existen muchas manifestaciones de los diferentes tipos de
violencia, y que muchas de ellas, no dejan marcas visibles. Es por ello que, en ocasiones,
se minimizan tanto por las víctimas como por los victimarios y la sociedad en general.
Las formas de violencia más comunes, que se producen en una relación de pareja, son: el
aislamiento, el control, la violencia económica, la violencia psicológica, la violencia
física y la violencia sexual.
El aislamiento: es cuando una persona asume que, con quien está involucrada
sentimentalmente, le pertenece. Así, restringe las relaciones de amistad e inclusive las
relaciones familiares de su pareja. Termina aislándola.
El control: es cuando no se respeta la privacidad de la otra persona, y se controla su
forma de vestir, por ejemplo, se la critica por usar faldas o escote. También se vigila
las interacciones que pueden darse con otras personas, por ejemplo, se revisa el teléfono
celular o la computadora de la pareja, para acceder a conversaciones privadas.
Violencia económica: es toda acción u omisión que afecta la supervivencia económica de la
víctima. Usualmente, se produce en el ámbito familiar o de pareja, siendo una forma de
control en contra de las mujeres, que busca limitar y/o reducir sus ingresos económicos.57
La agresión es ejercida por la persona que tiene el dominio económico, a través de la
manipulación para gestionar los gastos o la privación de recursos, lo que induce al
aislamiento y la angustia por la satisfacción de las necesidades personales y/o
familiares.
Violencia psicológica: esta violencia busca menoscabar la autoestima de la mujer. Implica
el menosprecio a su persona o a sus ideas. También son manifestaciones de violencia
psicológica los insultos, amenazas, celos y posesividad, críticas a lo que hace y la forma
en que lo hace, burlas, comparaciones, dejar de hablarle, resaltar defectos, ponerle
sobrenombres ofensivos, destruir objetos personales o muebles, proferir amenazas verbales
contra ella y sus hijos e hijas, impedirle frecuentar a familiares, amigos y amigas, entre
otros. Las consecuencias de este tipo de maltrato son baja autoestima, sentimientos de
miedo, ira, vulnerabilidad, tristeza, humillación y desesperación. Incluso, pueden
presentarse trastornos psiquiátricos graves.
Violencia física: comprende una amplia gama de agresiones que van desde empujones,
pellizcos hasta lesiones graves con secuelas físicas permanentes, incluido el feminicidio.
Se manifiesta como bofetadas, quemaduras, golpes con el puño o bien, estirar los cabellos,
torcer el brazo, arrojar objetos, apretar el cuello o agredir con algún tipo de arma, etc.
Violencia sexual: es cualquier actividad o contacto sexual que ocurre sin el
consentimiento o deseo explícito de las mujeres. Incluye acciones que no requieren de
contacto físico como el hostigamiento, acusaciones falsas de actividades sexuales, obligar
a la pareja a consumir pornografía, críticas a su comportamiento sexual, y comparación
degradante con otras mujeres, así como acciones que sí requieren de contacto físico, como
el abuso sexual, el uso de objetos en la vagina, ano y la violación, así también el
retirarse el preservativo durante las relaciones sexuales.
Entre las consecuencias físicas, se encuentran las lesiones o infecciones genitales,
anales, del tracto urinario, embarazos no deseados, etc. Además, se encuentran las
consecuencias psicológicas que provocan baja autoestima, ideas y actos autodestructivos,
trastornos sexuales; estas producen alteraciones en el funcionamiento social y en la
capacidad para ejercer la autonomía reproductiva y sexual.